[vc_row type=»in_container» full_screen_row_position=»middle» scene_position=»center» text_color=»dark» text_align=»left» overlay_strength=»0.3″ shape_divider_position=»bottom»][vc_column column_padding=»no-extra-padding» column_padding_position=»all» background_color_opacity=»1″ background_hover_color_opacity=»1″ column_link_target=»_self» column_shadow=»none» column_border_radius=»none» width=»1/1″ tablet_width_inherit=»default» tablet_text_alignment=»default» phone_text_alignment=»default» column_border_width=»none» column_border_style=»solid»][vc_column_text css=».vc_custom_1591137473966{border-radius: 4px !important;}»]El rol del catalizador de innovación siempre suena muy atractivo en las organizaciones, pues se caracteriza por ser una persona intuitiva, colaboradora, creativa, con comunicación asertiva y escucha activa… y por supuesto, tiene la facilidad de permear toda la organización con sus ideas y motivación.
Para muchos, puede sonar muy atractivo e inspirador, tener un rol en el que su tarea principal sea generar ideas para transformar el entorno… sin embargo, te has preguntado, ¿Qué otras funciones tiene un Catalizador de Innovación?… (a parte de generar ideas). Pues para mí, la creación de ideas es solo un pequeño porcentaje de las actividades de un catalizador.
Una de las funciones a la que se le presta menor atención dentro de este rol es el “pitch para vender la idea”, el catalizador y su equipo pueden pasar bastante tiempo pensando, conceptualizando, ideando y prototipando un proyecto o una idea, pero si en realidad no sabemos cómo venderla, perderemos todos nuestros esfuerzos.
Asimismo, creo que vender la idea va más allá de dar un “buen discurso”, pues lo que realmente sí creo que debe hacer es sensibilizar, conectar y motivar a las personas con los proyectos. Siento que los Catalizadores de innovación deberían crear ese puente inspirador para que todos los colaboradores de la organización (independientemente de su cargo) puedan al igual que el área de innovación soñar con ese proyecto y hacerlo realidad con sus acciones. Para lo anterior, quiero darte dos consejos:
No vendas ideas, vende oportunidades: Desafortunadamente las ideas se las lleva el viento, a veces gustan otras a veces no, pues están sujetas a percepciones. Pero por otro lado, las oportunidades están basadas en problemas, necesidades, deseos y datos de la realidad que quieres impactar, una oportunidad es más fuerte que una idea y es más difícil de “tirar abajo”. Es importante a la hora de construir una oportunidad que la crees a partir de ideas y argumentos robustos que sean más que suficientes para tu compañía.
Identifica los detractores e impulsores de la oportunidad: Como muchas cosas en la vida siempre encontramos altibajos y seguramente esta no será la excepción. A la hora de vender tu oportunidad vas a encontrar personas que no estén de acuerdo con ellas, así que lo importante es poder identificarlas y procurar esquivarlas, pues no le traerán nada positivo ni a tu oportunidad ni a tu equipo. Por el contrario, te invitamos a identificar las personas que son impulsores, invítalos a ser parte del proyecto para así poder llegar a más colaboradores.
Un Catalizador conoce los puntos claves para movilizar la innovación dentro de su organización. Cómo, cuándo, dónde, por qué y a quién comunicar estas oportunidades es vital para el crecimiento de la empresa, en La Cococreadora lo sabemos, por eso, todos estos años hemos venido trabajando formando a personas para que se conviertan en verdaderos Catalizadores de Innovación, un ejemplo es nuestro recién iniciado Programa Agente de Innovación, donde tenemos un módulo dedicado especialmente a los catalizadores.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]